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sábado, 20 de febrero de 2016

Triángulo Amoroso 

   Ernest Hemingway, Elizabeth Hadley, Pauline Pfeiffer

Una vida poética y la historia de tres amores. Hemingway




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Ernest, Hadley y Jack Bumby Hemingway. Schruns, Austria.
Ernest, Hadley y Jack Bumby Hemingway. Schruns, Austria.
                                                      

triángulo amoroso. "Así que estás enamorado otra vez. Bien, es la única maldita cosa que merece la pena. No importa de quién. Lo seguro es que merece la pena mientras sucede". Ese fragmento que escribiera Ernest Hemingway a un amigo, ha permitido construir parte de la visión que tenía acerca del amor. Recapitulemos, “No importa de quién”, le dice el escritor. En realidad al manifestar aquello, le dice algo del mundo, le da una configuración erótica a lo indefinido, le expresa una libertad de individuo hacia otro individuo. Al igual que Cervantes y Shakespeare, rompe el distintivo enlace genérico. El “No importa de quién”, también hace algo en el mundo. Plasma la acción de algo o de una cosa hacia otra cosa, ya sea definida por el sexo, pero indefinido por la acción de la voluntad de una persona. Es decir, la acción de enamorarse es lo definido, y la ejecución de esa acción es lo indefinido, o sea, una persona ama a alguien (definido), pero al objeto que en realidad es el sujeto (indefinido). Podríamos explicar en palabras de William Shakespeare, que dice: voluntad de una persona. Es decir...




El "Viejo Búho". Mundo curioso... Mundo sencillo...

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